Comentaba Fernando Álvarez hace unos días en «El emprendedor guerrillero elige sus emociones» que podemos modificar nuestro estado de ánimo estimulando nuestros sentidos. ¿Se puede aplicar a la productividad?
Se puede aplicar a muchas áreas, incluso a la productividad. Para dar el máximo buscamos un estado al que llamamos ‘mente como el agua‘, que es una especie de concentración y motivación para trabajar.
Si necesitamos una pequeña ayuda para llegar a este estado, podemos hacerlo a través de la estimulación de los sentidos:
- Escucha música animada para empezar: no te he de explicar el efecto que tiene, todos nos hemos puesto una canción animada a volumen alto y hemos empezado a gritar y dar brincos. Si estás en la oficina no podrás saltar, pero sí te cargará las pilas para comerte el mundo
- Escucha música menos agresiva para trabajar: no a todo el mundo le funciona la música para trabajar, pero para quien sí funciona tiene varias ventajas: a parte de aislarnos de un entorno ruidoso, en un momento de distracción nos recuerda que estábamos trabajando; la evolución de la música (si es una obra clásica larga o una banda sonora) nos da también la sensación de continuidad. Por último, si la música es más bien relajada nos mantendrá el posible estrés controlado.
- Visualiza el resultado: antes de ponerte a trabajar, imagina de la forma más realista posible cuál es el resultado que quieres conseguir (como quedará esa pared después de pintarla, qué hará el software que estás programando una vez acabes, etc.). Te ayudará a pensar en los pasos intermedios para hacer el trabajo, sino que te motivará a conseguir el resultado. Aunque estemos imaginándonos visualmente el resultado, para el cerebro es tan vívido como haberlo visto realmente, y por eso a todos los efectos es como una estimulación visual.
- Cuelga fotografías de tus objetivos: si tu sueño es comprarte un coche deportivo o un viaje a Thailandia (o cualquier otro), busca fotografías de eso que quieras conseguir y ponlas a la vista en tu espacio de trabajo (cuélgalas, usa un marco de fotos digital…). Como en el caso anterior, te centrará en a dónde quieres ir y te encenderá una chispa de ilusión por el trabajo que te llevará a ellos.
- Visualiza todos los pasos que debes seguir: como hemos dicho, una experiencia visualizada es para el cerebro como una experiencia real. Si antes de ponerte a trabajar (aprovechando momentos muertos o reservando espacio a propósito) te ves a ti mismo haciendo cada uno de los pasos de una tarea, lo que estarás haciendo es entrenarte para hacer esa tarea. cuando lo vayas a hacer realmente te será más fácil y ya habrás previsto posibles problemas.
Fotografía: See it., por Knick!