Lo confieso, yo también he leído How to Become an Early Riser. Este verano decidí que uno de los próximos hábitos a adquirir sería éste. Ahora, una vez adquirido, quiero compartir mi experiencia.
Qué es madrugar
Lo primero de todo es tener claro qué se va a conseguir. Habituarse a madrugar no va a hacer que te despiertes a diario sin alarmas a las 5 de la mañana, ni va a conseguir que al abrir los ojos estés tan desvelado como a mediodía.
Yo he conseguido habituar mi cuerpo a dormir justo lo que necesita, y que cuando suene el despertador me levante (en lugar del habitual ‘postponer alarma’, que siempre acaba mal).
Por tanto, antes de empezar, hay que tener clara una cosa: el domingo también vas a tener sensación de sueño (aunque no falta de sueño), y te tendrás que levantar a la misma hora temprana. Aunque es un tema cultural y no físico, todo el mundo sabe que los domingos son para dormir. ¿Estás seguro de que te sientes preparado para eso?
Ahora que te has hecho esa pregunta (¡y sigues leyendo!) y quieres seguir adelante, vayamos a por la…
Preparación
Yo he probado los ejercicios previos (practicar el apagar el despertador y levantarse de la cama) que sugiere Steve Pavlina en su artículo, y la verdad es que no me ha servido de mucho. Lo que sí tenía claro es que si siempre haces lo mismo, siempre tendrás los mismos resultados. Además, como no puedes pensar con claridad en cuanto abres los ojos, hay que buscar una forma de que reaccione a estímulos.
Como el cerebro, recién despierto, no puede pensar claramente, Lo que hice fue cambiar el sonido de la alarma (uso el móvil). Al sonar un tono distinto, me pregunté el por qué y pude reaccionar. Para reforzarlo, me puse un sonido de un muelle (porque quería ‘saltar’ de la cama)
Con la voluntad de levantarme tuve suficiente, pero puede ser de ayuda también poner el despertador fuera del alcance de la cama. Si empiezas en invierno, déjate una chaqueta o bata a los pies de la cama, para que el frío no sea una excusa para levantarse.
¡Hazlo!
Aquí poco secreto hay. Al sonar el despertador, siéntate en la cama, no pases un momento más estirado. A partir de aquí, tú misma: hay quien hace estiramientos, hay quien repasa mentalmente alguna rutina… Yo voy a hacer algo que tengo automatizado y no requiere pensar: me afeito.
Haz un seguimiento. Prepara un calendario donde puedas marcar X rojas y te motive a seguir adelante. También puedes mantener un diario durante estos días.
Procura ir a dormir cuando te entre el sueño. Es cierto que si un día has de irte a dormir más tarde, también puedes quedarte hasta más tarde durmiendo, siempre y cuando vuelvas a la rutina al día siguiente. Pero durante el tiempo que dure la adaptación procura hacerlo lo menos posible.
Resultados
Ahora me despierto pronto, con sensación de sueño, pero no postergo el momento de salir de la cama. Mi cuerpo se ha habituado. Por ejemplo, en el último cambio de hora me desperté a la misma hora natural a la que me venía levantando, sin el despertador, y eso que el día anterior no había hecho el horario habitual
También me he observado que despertarse a la misma hora te da justo eso, el poder despertarse a la hora programada. Si por casualidad me pongo a dormir un rato más, mi cuerpo entiende que no quiero levantarme y entonces caigo en un sueño profundo.
Después de más de un mes levantándome cuando suena el despertador estoy contento de los resultados. Como cualquier hábito, sólo ha requerido un poco de motivación.