Productividad

Definiendo la productividad personal


Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra productividad significa:

Productividad:

1. Cualidad de productivo (útil, provechoso)

[…]

3. f. Econ.* Relación entre lo producido y los medios empleados, tales como mano de obra, materiales, energía,

Esta tercera acepción es la que nos interesa, la que viene del campo de la economía. Se empieza a hablar de productividad personal en relación con la productividad industrial. Así que, para empezar, la productividad es una relación, una medida. ¿Y qué sabemos de personal?

Personal:

1. adj. Perteneciente o relativo a la persona.

Aquí no hay sorpresas. Por tanto, la productividad personal es una métrica de lo producido y los recursos de la persona. Pero lo producido no son las unidades de tostadoras fabricadas por una persona; eso no requiere más preocupación que presentarse en la fábrica al principio del turno. La productividad personal es algo que afecta a los trabajadores del conocimiento (y todos, aunque sea en los temas personales de nuestra vida, somos trabajadores del conocimiento).

El adjetivo personal define el resultado. Éstos, lejos de las tostadoras, deben ser personales también. Los proyectos (entendidos como en GTD, o ‘tareas’ de forma más coloquial) son resultados concretos, medibles: organizar los libros de la estantería, enviar un informe por correo electrónico, etc. Parece que ya tenemos nuestra medida de los resultados.

Lo que sucede es que en la vida de las personas no hay dos proyectos iguales. Aunque haya situaciones repetitivas (llevar a los hijos al colegio, comer, o fabricar tostadoras si nuestro trabajo es constante y bien definido) el resto de lo que nos sucede y de lo que hacemos es muy variado. Por tanto, no podemos comparar proyectos acabados «a peso», como si celebrar nuestra boda tuviera la misma importancia que hacer la compra semanal, sólo dos proyectos que tachar en las listas. Tiene que haber algo más.

Solo hace falta que nos preguntemos tres o cuatro veces por qué hacemos lo que hacemos (¿por qué salgo en bicicleta? ¿y por qué quiero hacer ejercicio? ¿y por qué quiero bajar de peso?). Hacemos todas esas tareas medibles objetivamente porque tenemos unos objetivos y metas detrás, algo que sólo tiene significado para nosotros y que no es medible, pero que nosotros sí sabemos valorar. Estos objetivos y metas son los resultados reales de la productividad personal.

También está la forma de valorar los recursos. Usar la amortización de una herramienta o el dinero invertido en un proyecto ni siquiera tiene sentido en todos los casos (lo tiene para el lanzamiento de una campaña de márketing, pero es absurdo para decorar el salón en Navidad). Como las peras se comparan con las peras, los objetivos personales deben compararse con otro valor personal: el esfuerzo.

Podemos llamar esfuerzo o dedicación a la valoración personal que hacemos de otros recursos personales como la atención, el tiempo dedicado, cómo valoramos el dinero puesto en conseguir los objetivos, las cosas a las que hemos renunciado o la sensación de levantarnos un domingo a las seis de la mañana para ponernos a estudiar.

Hasta aquí tenemos que la productividad personal es la relación entre los objetivos y metas personales y el esfuerzo personal volcado en conseguirlos.

Lo que pasa es que, salvo raras excepciones, los objetivos personales siempre van a salir con una relación positiva. ¿Valió la pena pasar los fines de semana estudiando para aprobar la carrera? ¿Volverías a pasar noches en vela cuidando de tu hija otra vez? Probablemente sí. La métrica correcta no es «si ha sido positivo el objetivo», sino «¿puedo conseguir en mi vida todos los objetivos vitales posibles?»

Y aquí entran la eficacia, eficiencia y efectividad. Para conseguir el máximo de objetivos hemos de actuar el menor esfuerzo (eficientemente) posible y conseguir el máximo resultado de nuestra meta (eficazmente). Así, toca ser efectivos día tras día para que a la larga lleguemos a esos objetivos vitales.

Y, ahora sí, podríamos decir que la productividad personal es hacer lo que esté en nuestra mano para conseguir nuestros objetivos y metas personales, siendo efectivos.

Fotografía: Roxane Clediere

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