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El filtro reticular y los objetivos


El filtro reticular o Sistema de Activación Reticular es la capacidad que tiene nuestro cerebro de fijarse en ciertas cosas,  e ignorar el resto de detalles del mundo que nos rodea. Si bien nuestro cerebro es una máquina capaz de capturar mucha información de forma inconsciente, debe limitar lo que percibe conscientemente.

¿Cómo funciona el filtro reticular? ¿Cómo decide el cerebro en qué fijarse y en qué no? Nuestra mente configura el filtro en función de nuestros intereses, sean momentáneos o a largo plazo. Por ejemplo, te propongo este ejercicio para que veas como funciona el filtro en el interés a corto plazo:

  • Date un minuto para observar la habitación en la que estás, e intenta hacer una lista mental de diez cosas de color azul al alcance de tu vista. Tienes como mucho un minuto para hacerlo. No pases al siguiente paso hasta que lo hayas hecho.
  • Ahora fíjate en este texto y no mires hacia la habitación. ¿Puedes hacer, sin mirar, una lista de diez cosas de color rojo que estén en la habitación?

Seguramente te costará un poco recordar los objetos verdes, porque cuando estabas prestando atención a observar buscabas otra cosa (estabas interesada en los objetos azules).

Este filtro reticular también funciona con intereses a más largo plazo. Por ejemplo, al visitar una página web de submarinismo un diseñador se fijará en el aspecto de la página, mientras que una persona que haga submarinismo se fijará en si el contenido es correcto. Y quién no se ha comprado un coche y desde entonces no ha dejado de ver cuantos de ellos hay por la calle.

¿Por qué es tan importante conocer que tenemos este Sistema de Activación Reticular? Porque podemos modificarlo para que trabaje a nuestro favor. Podemos empezar teniendo claros nuestros objetivos. Hemos de definir bien los objetivos de nuestros proyectos, y nuestras metas y objetivos vitales. Si los recordamos, visualizamos y revisamos con frecuencia, poco a poco veremos cosas que tienen que ver con nuestro objetivo por todos lados.

De esta forma, ante un suceso nuestro filtro reticular se puede fijar en él y veremos un problema potencial en nuestro proyecto; después podemos añadir acciones al proyecto para prevenir ese problema. O algo que podría pasarnos desapercibido antes podemos verlo ahora como una oportunidad para acercarnos a un objetivo.

También gracias a visualizar nuestras metas seremos capaces de reconocer cuándo hemos llegado a ellas, porque nuestro cerebro lo reconocerá como tal.

Para empezar a modificar nuestro filtro, no hemos de saber ninguna técnica neurológica avanzada, al contrario, lo hacemos a diario. Debemos primero de todo definir qué es lo que deseamos, qué es lo importante para nosotros, y esto lo hacemos con nuestros proyectos y objetivos a distintas alturas.

Con eso, si nuestros objetivos son sinceros, y los revisamos con frecuencia (no sólo leerlos, sino pensar otra vez en ellos, en lo importantes que son para nosotros, lo que nos aportan y lo que ganaremos si los conseguimos), nuestro cerebro adaptará el filtro a estos intereses.

Fotografía: Crystal Ball por arndw

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