Hace unos días hablamos de lo importante que era eliminar aquellas cosas con las que no tengamos que realizar ninguna próxima acción. Si has puesto este consejo en práctica ya te habrás dado cuenta de una cosa: siempre eliminas las mismas cosas. Sin ir más lejos, la mayoría de e-mails que borras ¿no son siempre del mismo remite?
Busca en tu caso qué es lo que siempre eliminas e intenta evitar que ni siquiera llegue a tu buzón de entrada.
Hay una cosa clara, si lo que eliminamos es siempre lo mismo, quiere decir que a nuestra bandeja de entrada están llegando cosas que nunca vamos a querer. ¿Por qué no, en su lugar, evitamos de entrada que lleguen a nuestra bandeja?
Deja que te ponga un ejemplo: hace tiempo recibía todo el correo electrónico que me enviaban en el buzón de entrada. Decidí clasificar y limpiar lo que llegaba. Detecté es que recibía newsletters frecuentes de empresas de las que no recordaba ni a qué se dedicaban. Me había pasado meses (o años) eliminando estas newsletters al procesar la bandeja de entrada, sin ni siquiera leerlas.
Lo primero que pensé fue en desviar estas newsletters de mi buzón de entrada y clasificarlas en una carpeta de ‘baja prioridad’, pero me di cuenta de que el problema era el mismo: seguía perdiendo un tiempo precioso en eliminar cosas que no quería. A partir de ese momento decidí cancelar la suscripción a todas ellas, y me he quitado de encima un trabajo extra que no tenía por qué hacer.
¿Qué podrías cambiar para que a tu buzón no llegue información que no necesitas?