Durante los últimos artículos hemos hecho una introducción a la productividad personal y un repaso a GTD, un sistema para la gestión del tiempo.
Damos importancia a la productividad personal y la gestión del tiempo porque nos permiten tener control sobre nuestro trabajo y nuestro entorno. Esto elimina nuestro estrés y nos permite centrarnos más en lo que realmente queremos hacer.
Para entrar en el mundo de la productividad, es aconsejable leer algún libro que explique algún sistema de gestión, y sobretodo complementarlo con blogs, donde aprenderemos de la experiencia directa de otras personas que también están en el tema. Desde que hablamos de ello, he añadido a mi lista varios blogs, entre ellos GTD Bergonzini y Think Wasabi.
Hablando de GTD, los cinco pasos que lo componen son: recopilar (capturar todas las ideas y eventos del entorno), procesar (decidir qué hacer con ellas), organizar (poner cada cosa en su sitio), hacer y revisar (mantener nuestro sistema actualizado). GTD se basa en las listas como herramienta, de las cuales hemos comentado la listas de algún día / quizá y a la espera, y el material de referencia.
A parte de las tareas o próximas acciones, hemos de controlar lo que ocurre también a niveles más altos, desde los proyectos a los objetivos a más o menos largo plazo. Para los proyectos podemos usar la planificación natural, es decir, desarrollar la idea de la misma forma en que nuestro cerebro piensa, y no, como explica José Miguel, planificar de una forma reactiva, empujados por las circunstancias. Para no olvidarnos del resto de objetivos podemos usar el modelo de los seis niveles de altura.
Aunque hemos escrito muchos artículos para hablar de todas estas cosas, lo comentado en la serie no es más que una pincelada de todo lo que hay detrás de GTD y la productividad. A continuación, seguimos explorando con más detenimiento estos aspectos de la productividad personal.
Fotografía: Quartet por Computer Science Geek