En GTD, un proyecto es cualquier objetivo que requiere más de una acción. Por ejemplo, ordenar una habitación puede implicar vaciar primero la aspiradora, vaciar las papeleras, preparar la fregona, etc. También es un proyecto preparar las vacaciones de verano, o definir una estrategia comercial para el próximo trimestre.
Puede sorprender que pongamos en el mismo nivel ordenar una habitación que diseñar una estrategia comercial. ¿Acaso tienen la misma importancia, están al mismo nivel? Para GTD sí tienen la misma importancia a nivel de proyecto, pero no dice nada en cuanto a impacto.
Cuando tenemos definidos ambos proyectos, tienen la misma importancia siempre que los veamos como proyectos. Esto es:
- usaremos la planificación natural si es necesario,
- definiremos las próximas acciones,
- organizaremos las acciones según contexto, no según importancia o prioridad del proyecto, por tanto mezclando las acciones de los distintos proyectos,
- revisaremos semanalmente para mantener los proyectos actualizados,
- los organizaremos de la misma forma, usando material de referencia si es necesario
Una vez hayamos tratado los proyectos de la misma forma, habremos definido las próximas acciones. Será cuando hagamos que escogeremos cuál de las próximas acciones será la más adecuada para realizar a continuación. Para eso nos ayudaremos de los distintos modelos de los que disponemos:
- El modelo de los cuatro criterios para escoger acciones al momento, donde los criterios son:
- Situación
- Tiempo disponible
- Energía disponible
- Prioridad
- El modelo triple para evaluar el trabajo diario, donde escogemos entre:
- Realizar un trabajo predefinido
- Realizar el trabajo a medida que éste surge
- Definir el trabajo
- Y, en última instancia, nuestra intuición
Fotografía: Twins, de e3000