Las personas productivas y organizadas pueden ser las más creativas del mundo. Usar un sistema de productividad personal no es una camisa de fuerza, al contrario:
- mejora nuestra creatividad: al vaciar la mente de otras distracciones, podemos dedicar todo nuestro enfoque a la acción que tenemos entre manos, sea física o creativa.
- podemos ser espontáneos con lo que hacemos: cuando confiamos en nuestro sistema, podemos decidir hacer algo no previsto, y disfrutarlo más, porque si escogemos hacer eso también sabemos qué escogemos no hacer, y por tanto tenemos la tranquilidad de no hacer una elección al azar.
Entonces, ¿por qué a alguien que empieza le resulta tan estricto estar organizado? Probablemente porque no esté cómodo con lo que quiere hacer, con el trabajo pendiente y con los resultados deseados.
Por ejemplo, si te gusta ir al gimnasio, seguro que preparas la bolsa con la ropa de deporte, la ropa limpia para después, el jabón y la toalla para ducharte; cerrarás tus compromisos a tiempo para pasar un rato haciendo deporte, y tendrás un plan de acciones para llegar a tu objetivo de peso o fuerza.
Cuando haces esto, no le llamas ‘organizar tu sistema’, sino que lo haces y ya está. La razón es que tienes claro qué es lo que quieres conseguir y disfrutas el proceso. En cambio, puedes tener tu buzón de entrada saturado de e-mails o creer que organizar la reunión de mañana es ‘demasiado restrictivo’ y no te permite ser más espontáneo.
La buena noticia es que GTD nos ayudará a clarificar nuestro trabajo y nuestros resultados deseados. Después de eso, nos será más sencillo organizar nuestro sistema, gracias al hábito natural de organizar junto con la motivación del objetivo claro.
Fotografía: DSCF2708 por joelogon