GTD

GTD te ayuda a conseguir tus objetivos


Decimos que hemos tenido éxito cuando hemos logrado un objetivo. El éxito o logro de un objetivo no se mide por lo felices que seamos o el trabajo que nos haya llevado. Lograr un objetivo consiste en conseguir los resultados que nos habíamos planteado en un principio.

Hay muchas formas de conseguir nuestros objetivos. Seguir los pasos del método GTD es uno de ellos. Por ejemplo, para definir el objetivo en sí mismo, hemos de hacerlo de forma que sea específico, medible, alcanzable, relevante y asequible en tiempo (o, como se dice en inglés, definir un objetivo SMART.

GTD propone que siempre que llamemos a la acción sea con el resultado en mente. Cuando creemos un proyecto, lo primero es imaginar exactamente cuál queremos que sea el resultado. Cuando lo revisemos, la forma de saber si el proyecto ha acabado no es mirando si todas las acciones están hechas, sino comprobando si ya hemos llegado a lo que habíamos imaginado al abrir el proyecto.

También tenemos la planificación natural, que una vez definido un objetivo principal nos ayuda a descubrir sub-objetivos, y el convertir acciones en proyectos cuando sea necesario. Así facilitamos el tener acciones concretas y asequibles para avanzar.

Otra ventaja de GTD es la filosofía de la mente como agua. Estar concentrado en lo que hacemos nos ayuda a enfocar las energías a dónde queremos llegar.

Pero lo mejor de todo es que toda la metodología prepara el terreno para lo más importante: hacer. Mucho se escribe sobre cómo imaginar, desear, pensar y creer en lo que queremos ayuda a que el Universo se ponga de nuestra parte. Pero al final, lo que cuenta es lo que hacemos, sin acción no hay cambio ni movimiento hacia nuestra meta.

Fotografía: Climbing Wall de woodleywonderworks

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