Llega diciembre, llega el fin de año y con los últimos días y horas decidimos cosas que no cumpliremos: hacer más ejercicio, dejar de fumar, aprender inglés y quedar más con los amigos. Pero igual que viene, se va: al cabo de dos días (¿horas?) ni nos acordamos. ¿Quieres hacer mejores decisiones para el próximo año?
Qué te voy a contar
En este artículo te voy a explicar:
- Qué es una revisión anual: qué sentido tiene parar una vez al año a pensar.
- Cómo se hace una revisión: qué es lo más importante a tener en cuenta para sacar el máximo provecho de este ejercicio.
- Qué hacer a continuación: cómo darle sentido a lo que hemos pensado, qué valor tiene y cómo dárselo para que no se quede en un ejercicio de fantasía.
Qué es la revisión anual
Una revisión anual sirve para observar aquellos asuntos que tienen un tiempo de vida anual, e implicarlos en el día a día; bajarlos al nivel de lo corriente para que también avancen.
Pasamos mucho tiempo con la cabeza puesta en los ciclos cortos, decidiendo qué vamos a hacer en el día de hoy o durante la próxima semana. Eso es necesario, e igual de necesario es fijarse en ciclos más largos, como el anual. De lo contrario, nos dejaremos llevar por el flujo del día a día, y no nos fijaremos en aquello que requiere más tiempo (meses o años) de atención. Pero para que dentro de un año consigamos un objetivo anual, hemos de empezar hoy, no dentro de un año.
Eso que es tan evidente, que para conseguir resultados a largo plazo hay que empezar con tiempo, se nos puede olvidar si no tenemos un hábito de revisar nuestros asuntos a ese nivel. ¡Qué fácil es renegociar nuestos compromisos con un «ya lo haré el año que viene»! Pero recuerda esto: llegará un día en el que no tendrás un «año que viene». ¿Qué harás entonces?
Así que está claro: hay que dedicar tiempo a pensar esas cosas que queremos conseguir en un año e iniciar el camino para llegar a ellas.
¿Cuándo hacer la revisión?
La revisión se puede hacer en cualquier momento del año. Por ejemplo, yo habitualmente la hago entre agosto y septiembre porque me va bien 1
El mes de diciembre es otro buen momento, coincide con el cambio de año y muchos de los ciclos laborales (presupuestos, etc.) se adaptan al calendario. Además, pasar de un año a otro se presta a la perspectiva del resumen.
¿Cómo se hace una revisión anual?
Durante la revisión querremos conseguir principalmente dos cosas:
- Evaluar qué hemos hecho durante el año anterior, para aprender de nuestra experiencia.
- Definir y comprometernos con los objetivos para el siguiente año.
Una revisión requiere tiempo y concentración, así que lo primero será encontrar un momento adecuado en el que nos podamos enfocar por completo, con el mínimo de distracciones. Al fin y al cabo, ¡de ello dependerá lo que hayamos conseguido dentro de 365 días!
Es tentador hacerlo durante las vacaciones de navidad, por lo de tener más tiempo disponible, pero la lógica indica que lo hagamos antes de fiestas. Haz memoria: en estas fiestas muchos cometemos excesos, y las decisiones que tomemos estarán influenciadas por el sentimiento de culpabilidad («quiero adelgazar», etc.) que, pasados unos días, se nos habrán
Entrando en materia
Empezaremos por la revisión de qué ha sucedido durante el año anterior. Empieza por recordar los logros que has conseguido durante este año. Son los frutos de tu esfuerzo. No es solo por motivarte, es un ejercicio de reconocer lo que puedes conseguir cuando te lo propones, de ponerte en valor a ti mismo.
Después ve haciendo memoria de cómo han sido las cosas este año, y si quieres o no cambiarlas:
- Identifica aquellas cosas físicas que ya no tengan sentido conservar durante el año siguiente, para deshacerte de ellas y no tener el coste (aunque sea emocional o de energía) de seguir manteniéndolas.
- Reconoce qué hábitos tienes que no te benefician, que restan a tu efectividad. Busca con qué hábitos que ‘sumen’ puedes sustituir esos hábitos negativos.
- Revisa cómo has reaccionado emocionalmente a todo lo que te ha sucedido, y en tus emociones actuales. Fíjate en si es así como quieres entrar en el siguiente año, y sino piensa qué puedes cambiar (como hábitos, objetivos, actividades) para cambiar también emocionalmente.
- Advierte cómo han funcionado tus relaciones durante este año. ¿Qué personas han sumado? ¿Qué relaciones son las que te han aportado mayores beneficios2? ¿Quienes te hacen sentir miserable? ¿Puedes programar o facilitar más citas con aquellos que suman?
Para recordar el máximo de eventos posibles, haz esta revisión con tu calendario o agenda al lado, y hazte estas preguntas para todo lo que ha pasado semana por semana. Si tienes un diario será aún mejor.
A continuación piensa en todas las cosas nuevas que puedes añadir este año que empieza:
- ¿Qué objetivos quieres conseguir? ¿Sobre qué cosas te gustaría estar escribiendo dentro de un año? ¿Qué logros alcanzarás?
- Si hay alguna meta que quieres conseguir y requiere más de un año, ¿qué hito o parte de esa meta mayor avanzarás durante el próximo año?
- ¿Qué habilidades te gustaría adquirir? ¿Qué te gustaría aprender?
Por último, viendo lo que quieres conseguir, en qué quieres invertir la energía de tus días, pregúntate: ¿qué hábitos estratégicos puedo adoptar para que me ayuden a conseguir estos objetivos? Recuerda que los hábitos, una vez implementados, te ayudan a hacer acciones con mucha menos energía y esfuerzo. ¿Qué hábitos te podrían potenciar? ¿Leer más? ¿Salir a caminar cada día? ¿Cambiar tu desayuno por algo más nutritivo?
Aterriza tu visión anual
Ahora tienes una bonita película de cómo quieres que sea tu próximo año. ¿Qué más necesitas? Lo primero, escribirlo todo, que no quede solo en un cuento que te has contado sino que sea una propuesta firme de lo que esperas conseguir y en lo que vas a invertir esfuerzos. Y después lo más importante: pasar a la acción. Repasa tus objetivos y define proyectos o resultados más pequeños; de éstos, define cuál es la siguiente acción física realizable que lo pueda hacer avanzar, y ponte con ello3.
Prográmate revisar estos objetivos anuales de vez en cuando (una vez cada mes o cada tres meses). Así te asegurarás de que tus acciones y proyectos diarios están alineados con lo que quieres conseguir. También, a nivel emocional funciona muy bien visualizar a menudo (incluso a diario) cómo será todo cuando hayas conseguido estos objetivos: como te verás a ti o a los demás, que oirás, cómo te sentirás, etc. Sí, aunque no esté explicado en el libro de GTD David Allen también lo hace 🙂
En un artículo anterior también te doy algunos consejos para conseguir tus objetivos anuales.
En resumen
Lo importante es entender las razones por las que hacemos las cosas. En este caso es para revisar aquello que en el día a día no percibimos porque no nos afectan de la noche a la mañana, sino que llevan un proceso.
Para hacerlo, lo más útil es ver qué ha funcionado y que no durante los meses anteriores, en todos los aspectos. De ahí, podemos decidir qué «nos dejamos puesto», qué nos ha sido útil, y qué debemos cambiar para mejorar. Por último, añadamos cosas nuevas, objetivos que nos ilusionen y etapas nuevas que podamos empezar.
Todo esto no es solo un ejercicio de fantasía, si realmente queremos cambiar podemos hacerlo. Lo imprescindible será entonces pasar a la acción: no es necesario comernos el mundo el primer día ni provocar un estrés innecesario; se trata de reconocer que cada día hemos de dar pasos para llegar a dónde queremos. No importa que sean pasos pequeños, sino que sean firmes. Para eso tenemos 365 días por delante, para finalizar nuestra maratón personal; sin prisa pero sin pausa.
1 Pero no tiene por qué ser siempre igual. En mi situación actual estoy haciendo revisiones más frecuentes, cada mes o tres meses, porque la circunstancia lo requiere. Esto es lo bueno de entender por qué se hacen las cosas, en este caso las revisiones: para aclarar y tomar el control cuando lo necesitemos.
2 Como en todo, el beneficio aquí lo defines tú. No estoy implicando que las relaciones solo tengan sentido para obtener beneficios materiales; al contrario, una relación que te llene con una persona te traerá beneficios emocionales, al igual que una relación tóxica o que no sea entre iguales te restará felicidad.
3 O déjalo para después de vacaciones si quieres, pero no te lo aconsejo: aprovecha la inercia de la motivación actual.
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