Todos tenemos nuestros sueños. Pueden ser desde ser presidentes de una gran empresa hasta dar un concierto en un estadio repleto. No hace falta ni siquiera que sea algo grande de tamaño, montar un pequeño quiosco puede ser igual de grande para nuestra satisfacción.
Entonces, si tanto deseamos estas cosas, ¿por qué no dejamos de pensar en ellas y nos dedicamos a ponerlas en práctica? Desear una casa más grande con jardín es necesario para obtenerla, pero si no actuamos difícilmente la tendremos ‘espontáneamente’.
Poniendo los pies en el suelo
Lo primero que haremos es, si no lo hemos hecho todavía, es [[]]capturar ese sueño, anotarlo en algún sitio. No es que se nos vaya a olvidar fácilmente, pero necesitamos tenerlo por escrito para pensar en él y hacerle seguimiento. Cuando lo hagas, intenta ser lo más concreto posible.
Ahora que ya tenemos definido nuestro objetivo, debemos hacernos esta pregunta: ¿es el momento de hacerlo ahora? Valora los proyectos que tienes en marcha ahora, tu situación actual y futura, lo importante que es para ti este sueño y decide si debes o no empezar en este momento.
No sé si…
Si no tienes clara la respuesta, es normal, al fin y al cabo es algo importante para tu vida, y aunque quieras hacerlo puede asustarte un poco. Si dudas, puedes dedicar unos minutos a hacer [[]]planificación natural. A partir de ahí, tendrás más información para decidir, y un desglose en pasos más pequeños que te ayudarán a verlo más asequible. Vuelve a hacerte la pregunta: ¿es el momento de hacerlo?
Si aún así sigues teniendo dudas quizá el problema es más profundo. Pregúntate si quizá este objetivo choca con tus objetivos a largo plazo, o con otra área de tu vida. Piensa si realmente dentro de ti quieres hacerlo realidad, o es sólo una idea que te han ‘vendido’. Quizá te detiene la falta de información. Sea lo que sea, pasa a la acción y deshaz el conflicto, porque necesitas tomar una decisión.
También puede ser que la respuesta sea ‘no, no voy a hacerlo ahora’. Antes de seguir, hemos de tener claras las razones: ¿no queremos ahora, o al pensarlo vemos que no es lo que realmente queríamos? ¿Es mal momento porque llevamos muchas cosas en marcha?
Si tenemos claras las razones para postergarlo, añadiremos el proyecto a una lista de cosas que en algún momento queremos hacer, o ‘Algún día/quizá’. Si al pensar en ese objetivo vemos que realmente no nos interesa, no pasa nada por desecharlo: ahora podremos dedicar más recursos y energía a otro objetivo que sí nos llene.
También puede ser neguemos el objetivo porque necesitemos antes algo para alcanzarlo y aún no lo tengamos. Si yo quiero comprar una casa, necesitaré dinero antes, así que lo primero será plantearme un nuevo objetivo: ahorrar para tener dinero para mi casa. Piensa y trabaja este objetivo previo.
Al contrario, decir ‘sí’ a un sueño no es difícil. Si una vez que le has dedicado unos minutos a pensar ves que para llegar a dónde tu quieres sólo tienes que dar unos cuantos pasos sencillos que están en tu mano, ponte a trabajar ya mismo en él. Piensa en él como un proyecto más y añádelo a tu ciclo diario de trabajo.
Todos tenemos nuestros sueños. Pueden ser desde ser presidentes de una gran empresa hasta dar un concierto en un estadio repleto. No hace falta ni siquiera que sea algo grande de tamaño, montar un pequeño quiosco puede ser igual de grande para nuestra satisfacción.
Entonces, si tanto deseamos estas cosas, ¿por qué no dejamos de pensar en ellas y nos dedicamos a ponerlas en práctica? Desear una casa más grande con jardín es necesario para obtenerla, pero si no actuamos difícilmente la tendremos ‘espontáneamente’.
Poniendo los pies en el suelo
Lo primero que haremos es, si no lo hemos hecho todavía, es capturar ese sueño, anotarlo en algún sitio. No es que se nos vaya a olvidar fácilmente, pero necesitamos tenerlo por escrito para pensar en él y hacerle seguimiento. Cuando lo hagas, intenta ser lo más concreto posible.
Ahora que ya tenemos definido nuestro objetivo, debemos hacernos esta pregunta: ¿es el momento de hacerlo ahora? Valora los proyectos que tienes en marcha ahora, tu situación actual y futura, lo importante que es para ti este sueño y decide si debes o no empezar en este momento.
No sé si…
Si no tienes clara la respuesta, es normal, al fin y al cabo es algo importante para tu vida, y aunque quieras hacerlo puede asustarte un poco. Si dudas, puedes dedicar unos minutos a hacer planificación natural. A partir de ahí, tendrás más información para decidir, y un desglose en pasos más pequeños que te ayudarán a verlo más asequible. Vuelve a hacerte la pregunta: ¿es el momento de hacerlo?
Si aún así sigues teniendo dudas quizá el problema es más profundo. Pregúntate si quizá este objetivo choca con tus objetivos a largo plazo, o con otra área de tu vida. Piensa si realmente dentro de ti quieres hacerlo realidad, o es sólo una idea que te han ‘vendido’. Quizá te detiene la falta de información. Sea lo que sea, pasa a la acción y deshaz el conflicto, porque necesitas tomar una decisión.
También puede ser que la respuesta sea ‘no, no voy a hacerlo ahora’. Antes de seguir, hemos de tener claras las razones para decir no a nuestro sueño: ¿no queremos ahora, o al pensarlo vemos que no es lo que realmente queríamos? ¿Es mal momento porque llevamos muchas cosas en marcha?
Si tenemos claras las razones para postergarlo, añadiremos el proyecto a la lista ‘Algún día/quizá’. Si al pensar en ese objetivo vemos que realmente no nos interesa, no pasa nada por desecharlo: ahora podremos dedicar más recursos y energía a otro objetivo que sí nos llene.
También puede ser neguemos el objetivo porque necesitemos antes algo para alcanzarlo y aún no lo tengamos. Si yo quiero comprar una casa, necesitaré dinero antes, así que lo primero será plantearme un nuevo objetivo: ahorrar para tener dinero para mi casa. Piensa y trabaja este objetivo previo.
Al contrario, decir ‘sí’ a un sueño no es difícil. Si una vez que le has dedicado unos minutos a pensar ves que para llegar a dónde tu quieres sólo tienes que dar unos cuantos pasos sencillos que están en tu mano, ponte a trabajar ya mismo en él. Piensa en él como un proyecto más y añádelo a tu ciclo diario de trabajo.