Al principio no lo entendía. Vamos a hablar de Emma, por ponerle un nombre. Me dice que «se le ha vuelto a olvidar hacer una llamada». «¿Por qué no te lo apuntas», le pregunto, «si sabes que funciona?». «Sí, tienes razón». Y Emma saca su teléfono móvil y se envía un recordatorio por correo electrónico.
«¿Como es posible?», pienso. Le he explicado varias veces a Emma cómo funciona GTD, y cuando prueba alguna parte (los contextos, capturar, etc.) me dice que le ha ido bien, que le ve los beneficios. En situaciones de crisis he hecho con ella capturas, listas de acciones, paneles de seguimiento y con eso hemos podido tirar adelante. Pero si con ella hemos organizado dos grandes fiestas haciendo listas, ¡y lo único que ha fallado es precisamente lo que no estaba en las listas!
Después le doy un par de vueltas y creo que lo entiendo. Solo ver las ventajas de algo no es lo mismo que una transformación profunda, ya venga por necesidad o por una decisión calculada. Tomar la vía de la productividad personal, de la mejora en la forma de hacer las cosas es una decisión de vida.
Sucede continuamente con muchos temas, no es exclusivo de la productividad personal. ¿Acaso los fumadores no reconocen las ventajas de dejar el tabaco? Claro que sí, pero eso no hace que dejen de ser fumadores automáticamente. Se crean (generalizando) tres grupos: los que seguirán fumando, los que se llevarán un susto con alguna enfermedad y se vean obligados a abandonarlo, y los que un día deciden que tendrán una mejor vida si dejan el hábito. Lo mismo pasa con la alimentación sana, con la actividad física, y con todo lo que suponga un esfuerzo antes de mejorar.
De la misma forma, conozco personas que han llegado a adoptar técnicas y hábitos de productividad personal por todas las razones. Los hay que han pasado una crisis, la mayoría por un exceso de estrés que les ha llevado a aprender a gestionar mejor el trabajo. Los hay también que, en otro tipo de crisis, han necesitado marcar un rumbo en su vida, y han encontrado en la productividad personal una brújula. Y están también los que han visto la posibilidad de mejora sin más, estos los más técnicos que siempre están buscando formas de hacer las cosas de la forma más efectiva.
Para los demás, quizá sea el desconocimiento del tema, quizá los que hablamos de productividad personal no llegamos suficientemente lejos o lo hacemos con el tono adecuado para motivar más al público; o quizá me equivoco y es algo que tenga que surgir de las personas. Al fin y al cabo la gente está bien como está (en el sentido de que si hacen lo que hacen es que obtienen algo positivo).En cualquier caso voy a seguir explicando las ventajas de la productividad personal; con suerte llegaré a alguna Emma que decida mejorar su calidad de vida.
Fotografía: Anubhav Saxena