Te voy a contar un pequeño secreto sobre las lluvias de ideas que no aparece en los libros, pero que los grandes visionarios usan para sus proyectos.
Los cinco pasos de la planificación natural son, recordemos, definir el objetivo, plantear el propósito y los principios, hacer una lluvia de ideas, organizar las ideas y definir la próxima acción. En concreto, en GTD se recomienda tomar un papel en blanco y empezar a volcar en él cualquier cosa que se te ocurra.
Pues bien, lo que nadie cuenta nunca es que en esta hoja de papel, si te fijas bien, verás que está preimpresa con todas las limitaciones de las que partes para realizar el proyecto. ¿Lo ves? ¿No? Ese es el secreto: cuando pienses en las posibilidades de un proyecto, olvídate de cualquier tipo de límite, de idea preestablecida, de imposición.
La hoja en blanco es real, ese vacío también representa los cero límites de los que has de partir. A excepción, claro está, de los principios que te hayas marcado en la fase anterior de la planificación natural.
Imagina a una persona como Richard Branson. ¿Crees que cuando empieza una nueva línea de negocio piensa ‘vaya, veamos como lo hace la competencia para ir sobre seguro’? Y no creo que Mahatma Gandhi se planteara conseguir su gran objetivo sin desechar primero todo lo establecido. Para conseguir estas cosas hay que empezar con una hoja en blanco.
Para los proyectos grandes, que corresponden con grandes visiones, esta es la única forma de empezar, olvidándonos primero de todo lo establecido. Pero no pienses que para otros proyectos menos ambiciosos esto es exagerado; al contrario, tanto si tu proyecto consiste en amueblar tu dormitorio como si quieres lanzar una red de satélites al espacio, empezar sin limitaciones marcará la diferencia entre algo que cumpla su objetivo y algo grande.
¿Como haces tú para pensar en tus proyectos? ¿Piensas de forma distinta en los proyectos pequeños que en los grandes? Compártelo en los comentarios.
Fotografía de Tim Swaan