Du Tudú: GTD y productividad personal

GTD: Revisar, cómo mantener el sistema

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De vez en cuando hemos de revisar nuestro sistema para que esté a pleno rendimiento. Igual que un coche es una herramienta y hemos de revisarlo, nuestro sistema de gestión del tiempo también es una herramienta que requiere mantenimiento.

Podemos considerar tres tipos de niveles de revisión: diaria, semanal y general.

Revisión diaria

Se trata de una revisión simple del día de hoy y de lo que nos espera al día siguiente. No requiere mucho tiempo, sólo el justo para que nos encontremos cómodos con lo que sabemos.

Hemos de revisar al final del día si hoy hemos hecho todo lo que queríamos, o queda alguna acción que sea importante realizar hoy mismo, algún tema doméstico o comentar algo con nuestra familia.

Así mismo, revisaremos el calendario del día siguiente, para saber los compromisos que tenemos para ese día, y a continuación la lista de tareas por contextos para hacernos una idea de a qué podemos dedicar los huecos libres en el calendario.

Revisión semanal

Es bueno hacer una revisión completa de nuestras listas de acciones, proyectos y objetivos una vez a la semana (de ahí el nombre que le da GTD, ‘revisión semanal’).

La revisión semanal es algo a lo que cuesta acostumbrarse. Suele ser el hábito que más evitan aquellos que no han conseguido adaptarse al 100% a GTD. Esto es porque de lejos parece mucho trabajo extra que uno se puede ahorrar (al fin y al cabo estamos metiendo y sacando información en nuestro sistema a diario, ¿no es eso suficiente para que siga vivo?).

La cosa cambia cuando nos habituamos a hacerlo:

En esta revisión capturaremos todo lo que tengamos en mente, procesaremos cosas pendientes desde la última revisión, haremos una previsión de citas futuras y pondremos al día nuestas listas. Estos son los pasos ideales:

Equilibrio en las listas de acciones.

Respecto a las acciones, proyectos e ítems de «algún día/quizá» deben estar balanceados, y es algo que hemos de aprender a ajustar durante las revisiones semanales. A menudo nos encontramos con que las próximas acciones que tenemos apuntadas son muchas, parece que no las vaciamos y eso nos lleva a un sentimiento de frustración.

Podemos pensar que GTD no funciona, que seguimos sin tener el control y desperdiciando energías. Pero lo que nos hemos de plantear es, si realmente no damos abasto con tantas tareas, ¿hemos escogido correctamente los proyectos que queremos tener en marcha ahora? ¿O, por el contrario, es más trabajo del que podemos hacer y, para centrarnos, es más prudente poner alguno de los proyectos en la lista de «algún día / quizá» (por muchas ganas que tengamos de hacerlo ahora)?

Revisión general

También con una frecuencia de un mes y seis aproximadamente deberíamos hacer una revisión de nuestros objetivos a medio y largo plazo, ver si los estamos cumpliendo o si debemos priorizar unos proyectos ante otros para llegar. Esta revisión es menos mecánica, y más de tomar un tiempo para pensar en los objetivos que nos hemos planteado. Siempre hemos de recordar que las acciones, al final, no son el trabajo por el trabajo sino nuestro medio para llegar a los resultados que deseamos.

Fotografía: BGP07Q 176 por p_c_w

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