Lo habitual al usar un método de gestión de tiempo (como GTD), es mantener una larga lista de tareas pendientes. El problema viene cuando, al cabo del tiempo, nos damos cuenta de que aquella lista no ha reducido su tamaño (para cada una que acabamos, nos aparecen dos más).
En distintos sitios hemos encontrado un par de trucos para evitar la frustración. Uno de ellos es mantener una lista de tareas pendientes pequeña, así nos será más sencillo llegar a la revisión semanal con 1/3 de éstas terminadas. En GTD podemos conseguir esto pasando muchas más tareas a un estado ‘Someday/Maybe’ o quitando a la mayoría de tareas la etiqueta ‘Next’ (aunque no requieran ninguna tarea previa).
Otra herramienta es la ‘did-do list’. Al contrario de una ‘to-do list’ (tareas por hacer), consiste en mantener una lista de ‘tareas realizadas’. Las veces que lo he probado ha sido satisfactorio, sobretodo al final del día, cuando uno ve que realmente ha hecho muchas pequeñas tareas y se puede sentir satisfecho.